6 de octubre de 1850
Fotografía de Neville Chipulina |
En el periódico "El Clamor Público" número 1902 se publica la siguiente noticia del contrabando en la aduana de La Línea:
"Gibraltar 29 de setiembre.
La junta sanitaria de Málaga, opinando de un modo diverso a todas las otras de España , parece que quiere hacer interminable la cuarentena que tiene establecida a los buques procedentes de este puerto. Celoso nuestro Gobernador por la salud pública, tiene puesta cuarentena a todos los buques que vienen de partes infeccionadas, la que se amplía o acorta, a proporción que la enfermedad va desapareciendo o agravándose en aquellos puntos. Convencidos de ello en todos los puertos de la Península, admiten a libre plática a los buques que salen de esta bahía; pero desgraciada e inexplicablemente no acontece lo propio en el de Málaga, pues se hace sufrir una cuarentona innecesaria todo buque, causando así un gran perjuicio al comercio y pasajeros. Esto aún es más extraño, pues por tierra admiten a todo el que va de esta, y por mar están los pasajeros y efectos a las 6 de la tarde dentro de Gibraltar pasan Algeciras a tomar el vapor y amanecen en Málaga donde entran sin obstáculo. Parece muy justo que atendiendo a las anteriores razones y a imitación de los demás puertos de España, se admitan a libre plática en el de Málaga a los buques que vayan de este.
La venida del teniente de carabineros don Fermín Iriarte a la puerta de La Línea, ha producido un cambio notable en la parte de delicadeza. El contrabando, no hay duda, sigue reprimido cuanto es decible: pero caracterizando el señor don Fermín su alcurnia, ha sabido conciliar el sagrado deber de su instituto, persiguiendo el fraude, con el de no ultrajar ni atropellar a tanta señora o caballero, ya extranjeros, ya nacionales, que caminando o de paseo particularmente, pasan dicho punto. Con tan justo proceder se ha distinguido de otro antecesor suyo que parecía se gozaba en humillar a toda clase y sexo, sujetos que solo pasaban a pasear, y no les era posible hacer contrabando."
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6 de octubre de 1887
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6 de octubre de 1902
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6 de octubre de 1921
Con el titulo "De mi Carnet de reporter" aparece el 13 de octubre otros resúmenes de estos actos los cuales transcribo a continuación:
Dos actos simpáticos. Dos celebraciones de esas que dejan recuerdo imperecedero y registran en el historial de las ciudades unas cuantas páginas bellísimas, organizáronse el domingo dos de actual, bajo el alto patrocinio del ilustre Comandante General y su distinguida esposa doña Cinta Fermoselle de Villalba: la colocación de la primera piedra de la sala primera del Hospital, y el té de honor con que la Junta patriótica quería significar su agradecimiento a cuantos caballeros, señoras y señoritas, tomaron parte activa en los festivales que se dieron en el pasado mes de Septiembre, en honor de los héroes de la campaña de Africa.
Durante las primeras horas del día, estremeció suavemente el corazón de este pueblo un como soplo de la diosa que habría de presidir ambos actos.
La calle Real, los Casinos todos, los establecimientos y lugares donde se reúnen más de media docena de personas, daban una sensación en extremo halagadora, porque del abigarramiento de los más sidos mentados, de entre el montón de comerciantes y habladores de las fiestas que se celebrarían de entonces a pocos momentos, que atormentase el regocijo de los buenos linenses, dispuestos a agasajar a los ilustres huéspedes, a quienes, con tan grande acierto, tan incansablemente interviniesen en la construcción del nuevo Hospital.
El día era enormemente explendido, bellamente iniciador de optimismo, que acrecía, que acosaba en los corazones agradecidos... En la calle Real repetimos, había mucha gente, dominguera y alegre, que paseaba con la satisfacción pintada en el rostro ... y olvidada del todo.
Había corrido la desagradable noticia de que aquella misma tarde marchaba a San Roque la compañía que manda el Capitán Lopez-Amor, para incorporada a su batallón, emprender el camino de Melilla ....
Nuestro queridísimo amigo el simpático Capitán, nos corrobora en las puertas del Casino Belmonte la inquietante noticia , "Si Vamos allá", nos dijo el bravo amigo, con todo el abandono, con toda la displicencia con que hubiera podio comentar su ida al té del Kursaal
Luego, enardecido, como queriendo que nos contagiemos de su entusiasmo que le brotaba de su templada alma militar, añadió alargándonos la mano:
—Verán ustedes lo que hacemos en aquel campo de operaciones. Ya oirán ustedes cosas.
Era imposible dudar. Al capitán López-Amor le habían escuchado muchas personas. ¡Se iba... se iba la compañía, y precisamente en un día en que La Linea ya no podía dudar de que tendrá en breve fecha, su mejor establecimiento, el templo mas acogedor! ... ¿Porqué esta sucesión de cosas? ¿Porqué este acontecimiento turbador y expectante, en la hora de expansiones y alborozos?
Algunos autos salieron a las afueras a dar la bienvenida al ilustre exministro de la Guerra y a la gentil madrina de la primera sala del hospital..
En la entrada de San Roque cumplieron este deber de cortesía don Miguel Puyol, director de "Patria" y los redactores de este apreciable colega, don Rafael Blanco Forcada, don Hector Licudi y don Miguel Bernal, dando escolta al coche del General, que venía también con su hijo don Fernando y con su ayudante, hasta las puertas del Principe Alfonso.
En este sitio saludaron asimismo a los visitantes, el Coronel Comandante Militar, don Adolfo Díaz; Alcalde, don José Cayetano Ramírez, y el concejal don Ricardo Ruiz Cuadro.
El automóvil de esta Comisión y al de la "familia" de "Patria", adelatáronse hacia La Linea para recibir en la carretera, con los demás invitados, a los patrocinadores de la simpática inauguración...
Al llegar los señores de Villalba, estalló una ovación prolongadísima, con un que otro grito de ¡Viva España!.
Seguidamente, don Ricardo Ruiz Cuadro leyó el acta, que firmaron buen número de personalidades y fué depositada bajo el enorme bloque de piedra.
Ei señor cura párroco bendijo las obras y doña Cinta cumplió con la imposición que tenía como tal madrina, recibiendo un bellísimo ramo de flores de manos de la Comisión del Hospital.
Don Adolfo Díaz Enriquez hubo de testimoniar también su agradecimiento a los visitantes y a las caritativas personas y entidades que secundan sus esfuerzos.
El general Villalba dijo además, que La Linea, amparando en el establecimiento benéfico, una de las salas del cuál se comenzaba entonces, a los heridos y enfermos de la campaña, se sumaba, patriótica y abnegada, al movimiento de todos los pueblos de España, movimiento que era una síntesis bella de nuestra caridades y del hondo españolismo que existe en todos los corazones.
«Señores terminó el general:—¡Viva España!
Ingleses y españoles, gibraltareños y linenses, ahogaron el grito del señor Villalba, prorrumpiendo en ensordecedoras aclamaciones y atronadores análogos vivas
bajo la Alameda del Kursaal, rodeándola un paño con los colores de nuestra enseña. Dos sitiales aparecían en el centro de aquella y sobre el primero sobre el que habría de ocupar el Comandante General del Campo, se destacaba el retrato de éste, que posee el Casino Belmente.
Se sirvió el té seguidamente, sin que hubiera ofrecimiento alguno del acto ni los visitantes hicieran otra tertulia
que la precisa para mantener cierta animación.
En los rostros de los reunidos, en las frentes serenadas de los concurrentes al acto, se adivinaba la preocupación interior; la inquietud que horas antes había tronchado, dirémoslo así, el regocijo de La Linea. Don Adolfo Díaz Enriquez, el apreciabilísimo Comandante Militar, hacía de vez en cuanto, preocupado también, alguna pregunta al General relacionada con los de Pavía.
Se levantó el señor Villalba. A ruegos de algunos señores, hizo grupo con su esposa, su hijo, su ayudante, y las señoritas que fueron al té, para que García Sánchez tirase algunas placas.
Luego dio las gracia al Alcaide, al Coronel, a los señores Blanco Forcada, Puyol, Licudi y Bernal (a estos cuatro por haberle cedido el coche para que regresase del Hospital), montado en el auto a la vez que daba un Viva a La Línea.
¿Qué pesó en el cuartel?
¿Qué despedida se hizo a los valientes de Pavía?
.
¿Cómo se portó La Línea con motivo de tan triste acontecimiento?
No tenemos páginas para describir el homenaje de Simpatías que se tributó a España despidiendo y agasajando a la Compañía de López-Amor; creemos no existen felices expresiones que recojan cuanto vimos en el alojamiento de los soldados, en las puertas de éste, en las calles de La Linea y en las afueras de la población.
No fue la despedida uno de esos actos de barabunda e infernal gritería en que los chicos chillan y aclaman hasta enronquecer nada de eso. Fue además intense, algo más conmovedor, de una resonancia que no se puede describir y sí permanecer como uno de tantos heroísmos silenciosos, de los que está ofreciendo España a militares...
Tanto es esto así, que pasará a campaña con todas sus incidencias brutales, transcurrirán los días atormentados del campamento y de lucha, con un enemigo brutal e insumiso a toda ley enfrente, y cuando en el disfrute de la paz los valerosos oficiales y soldados de Pavía recuerden la guerra el día 2 de Octubre de 1921, esa fecha, moverá los labios con esta gratitud.
Y aquel pueblo tan joven y tan fuerte y tan abnegado y tan sublime, nos abrazó, dándonos el abrazo de una madre en comunión de nuestros recios espíritus de españoles...
El Diablo Cojüelo.
(De «El Estrecho de Gibraltar»).
6 de octubre de 1887
En el periódico "El Nuevo Papel" número 75, entre varios artículos os destaco el siguiente:
"Se acerca el invierno y éste, por lo oscuro que se presenta en lontananza, promete ser desagradable en extremo para la clase proletaria.
El movimiento que se observa tanto aquí como en la vecina plaza es escaso dado el considerable número de la población trabajadora.
Aparte del trabajo que ofrece la carga y descarga del carbón de piedra en la bahía de Gibraltar que da ocupación a muchos de nuestros trabajadores y de varias obras que se practican en aquella plaza, todo está completamente paralizado, creyendo que la presente crisis ha de extenderse, llegando a sentirse sus resultados hasta lo más apartado de nuestro Campo.
El trabajo del carbón en Gibraltar durará, a no dudarlo, el tiempo que en Malta dure la epidemia, que a nuestro sentir ha de ser breve, según las noticias que de la enfermedad llegan hasta nosotros. Levantadas las cuarentenas a las embarcaciones que tocan en este punto, hoy obligadas a observarlas, el movimiento regular volverá a aquella plaza y la mayoría dedos vapores que hoy se proveen de carbón en Gibraltar lo harán en Malta por las considerable ventaja que les proporciona comparados con las de nuestra vecina plaza.
Todos conocemos nuestra localidad, población trabajadora que no cuenta con más recurso que el trabajo, y que al faltarle éste inevitablemente sentiremos muy de cerca sus desagradables consecuencias.
Las circunstancias de nuestra proximidad a una plaza extranjera, donde muchos de los españoles la consideran como la gran ciudad de Jauja, es causa de vernos constantemente
»favorecidos» por innumerables braceros procedentes de todas partes, en particular por aquellos que al tomar la licencia en el penal de Ceuta y son desembarcados en Algeciras, primer punto del África en nuestra península, corren hacia nosotros engolosinados por el trabajo del carbón y otros, y así nuestra población aumenta con perjuicio de la misma, en razón a que, por mucha ocupación que ofrezca, nunca puede ser bastante a satisfacer a tanta gente.
Es necesario fijen nuestras autoridades sobre este punto la atención y vean en lo posible de evitar por los medios legales que estén a su alcance la aglomeración de tanto forastero desocupado como merodea por nuestro pueblo.
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6 de octubre de 1902
El periódico "La Correspondencia de España" n.º 16.313 publica el siguiente curioso anuncio:
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6 de octubre de 1921
Miembros de la Junta Popular constructora del Hospital de la Concepción, inspeccionando en 1923 las obras del mismo. |
En el periódico "El Noticiero Gaditano" diario de información y de intervención política Año III Número 872, se publico la noticia de la colocación de la piedra para una sala en el Hospital en construcción:
Simpáticas celebraciones en La Línea
Colocación de la primera piedra para una sala en el Hospital en Construcción.
Por todos conceptos podemos considerar como de lo mas simpático e interesante el acto celebrado en la vecina ciudad de La Línea de la Concepción de colocar la primera piedra de la primera sala para enfermos en el expresado Hospital en construcción, el cual se levanta cerca de la barriada de la Atunara, en un lugar amplio y ventilado, muy apropósito para los fines que requieren estas clases de instalaciones.
Poco después de las cuatro llegaban en automóvil el Excmo. Sr. Comandante general del Campo, su distinguida esposa doña Cinta Fennosel de Villalba y su hijo el valiente Alférez del Tercio de Extranjeros, don Fernando Villalba, el cual, aunque todavía tiene que hacer uso de las muletas, va mejorando rápidamente de las heridas que sufrió recientemente en la campaña de Marruecos.
Fueron recibidos por los señores que componen la Junta del Hospital en constricción.
La elegante señora del general fue obsequiada con magnifico ramo de flores naturales.
En un mesa colocada próxima a la zanja donde debía ser colocada la piedra fundamental de la sala que ha de llevar el nombre de Nuestra Señora de la Cinta en honor a su Madrina, la distinguida dama ya nombrada, leyó al General y demás concurrencia don Ricardo Ruiz Cuadro el acta , la cual fue firmada por todos los elementos de valía de La Línea y de la región, incluso autoridades, médicos y prensa del vecino Campo y de esta Plaza, etc..
Acto seguido el Comandante Militar de La Línea, D. Adolfo Díaz Enriquez, habló en términos sumamente expresivos, dando cuenta de todos los trabajos realizados y de los sinsabores para llegar a dar principio lo antes posible a la construcción de esta sala que ha de servir para los soldados hijos de La Línea que cayeron heridos en la Campaña de Marruecos.
Añadió lo agradecido que estaba a sus hermanos los hijos de Gibraltar por toda la ayuda que siempre habían prestado y le parece ya tiempo de que se dejase de mandar enfermos al Hospital de esa Plaza, aliviándole de tan pesada carga y que una vez concluido el citado Hospital, lo mismo que prestaría servicio a los hijos de La Línea estaría a la reciproca para los hijos de Gibraltar.
Terminado que hubo el Sr. Comandante Militar y después de darse vivas a la Madrina y a La Línea, el General de Algeciras le contesto con un breve pero elocuente discurso, dando gracias y agregando que todo en este mundo se puede conseguir habiendo voluntad y con el entusiasmo que se observaban, sería pronto una realidad la feliz terminación del Hospital.
Dió Vivas por el Rey y por España. De seguida procedió a la colocación de la Piedra por la Sra del General, estando a cargo de la ceremonia religiosa el digno cura párroco Sr. Rodriguez Cantizano, auxiliado por el estimado Reverendo P. Romero y por el excelente sochantre D. Manuel Jordan.
Se volvieron a firmar otras actas y se dio por terminada tan atrayente celebración.
Entre los presentes, aparte de los ya mencionados, figuraban el popular alcalde de La Línea D. Jose Cayetano Ramírez, el juez de instrucción de San Roque D. Antonio Arguelles y otras autoridades, médicos de La Línea y de Gibraltar, sacerdotes de aquellas y esta Plaza, fiscal y Jefe de la Policía de Gibraltar e infinidad de invitados de ambos sexos, tanto de la región como de nuestra ciudad.
Después se pasó al Kursaal de La Línea, en cuyos preciosos jardines y en amplia mesa, se sirvió un magnifico té con dulces y pastas variadas y ricos vinos y licores, siendo la celebración en honor y obsequio de las señoras, señoritas y caballeros, tanto de La Línea como de Gibraltar, que habían prestado su valioso concurso en los recientes lucidos festivales artísticos a beneficio de los soldados heridos y enfermos de la Campaña de Marruecos.
El acto fue delicioso y durante el reinó la mayor animación entre todos los congregados.
Como ya antes lo había hecho en la ceremonia de la colocación de la primera piedra en el Hospital, el reputado fotógrafo "GarciSánchez" impresionó varias placas, que han de resultar muy interesantes.
Dió Vivas por el Rey y por España. De seguida procedió a la colocación de la Piedra por la Sra del General, estando a cargo de la ceremonia religiosa el digno cura párroco Sr. Rodriguez Cantizano, auxiliado por el estimado Reverendo P. Romero y por el excelente sochantre D. Manuel Jordan.
Se volvieron a firmar otras actas y se dio por terminada tan atrayente celebración.
Entre los presentes, aparte de los ya mencionados, figuraban el popular alcalde de La Línea D. Jose Cayetano Ramírez, el juez de instrucción de San Roque D. Antonio Arguelles y otras autoridades, médicos de La Línea y de Gibraltar, sacerdotes de aquellas y esta Plaza, fiscal y Jefe de la Policía de Gibraltar e infinidad de invitados de ambos sexos, tanto de la región como de nuestra ciudad.
Un té en el Kursaal
Después se pasó al Kursaal de La Línea, en cuyos preciosos jardines y en amplia mesa, se sirvió un magnifico té con dulces y pastas variadas y ricos vinos y licores, siendo la celebración en honor y obsequio de las señoras, señoritas y caballeros, tanto de La Línea como de Gibraltar, que habían prestado su valioso concurso en los recientes lucidos festivales artísticos a beneficio de los soldados heridos y enfermos de la Campaña de Marruecos.
El acto fue delicioso y durante el reinó la mayor animación entre todos los congregados.
Como ya antes lo había hecho en la ceremonia de la colocación de la primera piedra en el Hospital, el reputado fotógrafo "GarciSánchez" impresionó varias placas, que han de resultar muy interesantes.
El Noticiero Gaditano número 872 del 06 de octubre de 1921
Con el titulo "De mi Carnet de reporter" aparece el 13 de octubre otros resúmenes de estos actos los cuales transcribo a continuación:
De mi Carnet de reporter
Celebraciones
Dos actos simpáticos. Dos celebraciones de esas que dejan recuerdo imperecedero y registran en el historial de las ciudades unas cuantas páginas bellísimas, organizáronse el domingo dos de actual, bajo el alto patrocinio del ilustre Comandante General y su distinguida esposa doña Cinta Fermoselle de Villalba: la colocación de la primera piedra de la sala primera del Hospital, y el té de honor con que la Junta patriótica quería significar su agradecimiento a cuantos caballeros, señoras y señoritas, tomaron parte activa en los festivales que se dieron en el pasado mes de Septiembre, en honor de los héroes de la campaña de Africa.
La Línea sonríe...
Durante las primeras horas del día, estremeció suavemente el corazón de este pueblo un como soplo de la diosa que habría de presidir ambos actos.La calle Real, los Casinos todos, los establecimientos y lugares donde se reúnen más de media docena de personas, daban una sensación en extremo halagadora, porque del abigarramiento de los más sidos mentados, de entre el montón de comerciantes y habladores de las fiestas que se celebrarían de entonces a pocos momentos, que atormentase el regocijo de los buenos linenses, dispuestos a agasajar a los ilustres huéspedes, a quienes, con tan grande acierto, tan incansablemente interviniesen en la construcción del nuevo Hospital.
El día era enormemente explendido, bellamente iniciador de optimismo, que acrecía, que acosaba en los corazones agradecidos... En la calle Real repetimos, había mucha gente, dominguera y alegre, que paseaba con la satisfacción pintada en el rostro ... y olvidada del todo.
Pero aquella alegría .......
Turbose fuertemente, tembló quebrada amagada por un chispazo emocional y grave, en los rostros, en los ojos y en los labios de los linenses.Había corrido la desagradable noticia de que aquella misma tarde marchaba a San Roque la compañía que manda el Capitán Lopez-Amor, para incorporada a su batallón, emprender el camino de Melilla ....
Nuestro queridísimo amigo el simpático Capitán, nos corrobora en las puertas del Casino Belmonte la inquietante noticia , "Si Vamos allá", nos dijo el bravo amigo, con todo el abandono, con toda la displicencia con que hubiera podio comentar su ida al té del Kursaal
Luego, enardecido, como queriendo que nos contagiemos de su entusiasmo que le brotaba de su templada alma militar, añadió alargándonos la mano:
—Verán ustedes lo que hacemos en aquel campo de operaciones. Ya oirán ustedes cosas.
Era imposible dudar. Al capitán López-Amor le habían escuchado muchas personas. ¡Se iba... se iba la compañía, y precisamente en un día en que La Linea ya no podía dudar de que tendrá en breve fecha, su mejor establecimiento, el templo mas acogedor! ... ¿Porqué esta sucesión de cosas? ¿Porqué este acontecimiento turbador y expectante, en la hora de expansiones y alborozos?
A esperar al General y a su esposa:
Disminuyeron las tertulias, mermáronse los grupos; quién retirose con infinidad de amigos a preparar el equipo del hijo soldado y llorar su marcha... Fue una desbandada, si no absoluta, por lo menos hasta el extremo de descongestionar lamentablemente las calles por donde habría de pasar el General y suu esposa y sin duda alguna, recibir éstos manifestaciones de simpatía y de respeto.Algunos autos salieron a las afueras a dar la bienvenida al ilustre exministro de la Guerra y a la gentil madrina de la primera sala del hospital..
En la entrada de San Roque cumplieron este deber de cortesía don Miguel Puyol, director de "Patria" y los redactores de este apreciable colega, don Rafael Blanco Forcada, don Hector Licudi y don Miguel Bernal, dando escolta al coche del General, que venía también con su hijo don Fernando y con su ayudante, hasta las puertas del Principe Alfonso.
En este sitio saludaron asimismo a los visitantes, el Coronel Comandante Militar, don Adolfo Díaz; Alcalde, don José Cayetano Ramírez, y el concejal don Ricardo Ruiz Cuadro.
El automóvil de esta Comisión y al de la "familia" de "Patria", adelatáronse hacia La Linea para recibir en la carretera, con los demás invitados, a los patrocinadores de la simpática inauguración...
En las obras del nuevo Hospital:
Había una numerosa y distinguida concurrencia en las obras. De Gibraltar vimos a muchísimas familias, notando además, con singular agrado, la presencia de una alta representación del elemento oficial calpense.Al llegar los señores de Villalba, estalló una ovación prolongadísima, con un que otro grito de ¡Viva España!.
Seguidamente, don Ricardo Ruiz Cuadro leyó el acta, que firmaron buen número de personalidades y fué depositada bajo el enorme bloque de piedra.
Ei señor cura párroco bendijo las obras y doña Cinta cumplió con la imposición que tenía como tal madrina, recibiendo un bellísimo ramo de flores de manos de la Comisión del Hospital.
Las palabras del Coronel y del General Villalba:
Las breves frases, pronunciadas por las citadas autoridades militares, cuyas relacionas estrechas y afectos profundos se hacen notar en todo momento, fueron una magnifica expresión de lo que representa en La Linea la construcción del nuevo Hospital.Don Adolfo Díaz Enriquez hubo de testimoniar también su agradecimiento a los visitantes y a las caritativas personas y entidades que secundan sus esfuerzos.
El general Villalba dijo además, que La Linea, amparando en el establecimiento benéfico, una de las salas del cuál se comenzaba entonces, a los heridos y enfermos de la campaña, se sumaba, patriótica y abnegada, al movimiento de todos los pueblos de España, movimiento que era una síntesis bella de nuestra caridades y del hondo españolismo que existe en todos los corazones.
«Señores terminó el general:—¡Viva España!
Ingleses y españoles, gibraltareños y linenses, ahogaron el grito del señor Villalba, prorrumpiendo en ensordecedoras aclamaciones y atronadores análogos vivas
En el Kursaal
La mesa para el té en honor de los que tomaron parte en las fiestas dedicadas al soldado, se había dispuestobajo la Alameda del Kursaal, rodeándola un paño con los colores de nuestra enseña. Dos sitiales aparecían en el centro de aquella y sobre el primero sobre el que habría de ocupar el Comandante General del Campo, se destacaba el retrato de éste, que posee el Casino Belmente.
Se sirvió el té seguidamente, sin que hubiera ofrecimiento alguno del acto ni los visitantes hicieran otra tertulia
que la precisa para mantener cierta animación.
En los rostros de los reunidos, en las frentes serenadas de los concurrentes al acto, se adivinaba la preocupación interior; la inquietud que horas antes había tronchado, dirémoslo así, el regocijo de La Linea. Don Adolfo Díaz Enriquez, el apreciabilísimo Comandante Militar, hacía de vez en cuanto, preocupado también, alguna pregunta al General relacionada con los de Pavía.
Se levantó el señor Villalba. A ruegos de algunos señores, hizo grupo con su esposa, su hijo, su ayudante, y las señoritas que fueron al té, para que García Sánchez tirase algunas placas.
Luego dio las gracia al Alcaide, al Coronel, a los señores Blanco Forcada, Puyol, Licudi y Bernal (a estos cuatro por haberle cedido el coche para que regresase del Hospital), montado en el auto a la vez que daba un Viva a La Línea.
A despedir a las soldados de Pavía
Alguien propuso, luego de que marcharon los señores de Villalba, a Algeciras, que se fuera a despedir a la Compañía de Pavía, y todos, sin excepción alguna, siguieron al Coronel y Alcalde, primeros en dirigirse al cuartel.¿Qué pesó en el cuartel?
¿Qué despedida se hizo a los valientes de Pavía?
.
¿Cómo se portó La Línea con motivo de tan triste acontecimiento?
No tenemos páginas para describir el homenaje de Simpatías que se tributó a España despidiendo y agasajando a la Compañía de López-Amor; creemos no existen felices expresiones que recojan cuanto vimos en el alojamiento de los soldados, en las puertas de éste, en las calles de La Linea y en las afueras de la población.
No fue la despedida uno de esos actos de barabunda e infernal gritería en que los chicos chillan y aclaman hasta enronquecer nada de eso. Fue además intense, algo más conmovedor, de una resonancia que no se puede describir y sí permanecer como uno de tantos heroísmos silenciosos, de los que está ofreciendo España a militares...
Tanto es esto así, que pasará a campaña con todas sus incidencias brutales, transcurrirán los días atormentados del campamento y de lucha, con un enemigo brutal e insumiso a toda ley enfrente, y cuando en el disfrute de la paz los valerosos oficiales y soldados de Pavía recuerden la guerra el día 2 de Octubre de 1921, esa fecha, moverá los labios con esta gratitud.
Y aquel pueblo tan joven y tan fuerte y tan abnegado y tan sublime, nos abrazó, dándonos el abrazo de una madre en comunión de nuestros recios espíritus de españoles...
El Diablo Cojüelo.
(De «El Estrecho de Gibraltar»).
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6 de octubre de 1933
La Sociedad "Centro de hijos de La Línea" publica el siguiente Panfleto, que si no vemos la fecha parece que es actual:
Los Hijos de La Línea a sus Paisanos y Simpatizantes
A nuestros paisanos, a todos los hombres que habitan en nuestro pequeño solar patrio. A todos los hombres de alma generosa y sentimientos nobles, nos dirigimos por medio de este manifiesto, para fijar nuestra posición, para trazar de una forma clara y terminante cual es nuestra misión y para que estamos constituidos.
El Centro de Hijos de La Línea, como organización, aun cuando se agrupen en su seno ideologías dispares, detesta de la política.
Detestamos de la política, porque entendemos que La Línea por su situación geográfica y por el vergonzoso abandono en que está sumida por parte de los Poderes públicos; no necesita políticos; necesita buenos administradores, necesita hombres, que, despojados de los prejuicios que ocasiona el pertenecer a este u aquel partido, sean capaces de sacrificarse por este noble pueblo tantas veces ultrajado.
Ha llegado el momento de que gritemos con todas las fuerzas de nuestros pulmones dando un mentís rotundo a cuantos nos calumnian y lanzan falsos rumores para desprestigiarnos.
No queremos frontera dentro de los pueblos ibéricos; La Línea, por la nobleza y generosidad de sus hijos, siempre acogió en su seno a todos cuantos a nuestro pueblo llegaron de arribada forzosa.
Nuestro lema es: igualdad de trato, fraternidad entre todos los que aquí tienen creado un hogar y una familia, que impere la tan ansiada «Justicia».
Nuestro programa único es: defensa general de todos los intereses del pueblo de La Línea.
Queremos y llevaremos a la práctica; terminar con todas las inmoralidades de carácter social, político y administrativo.
Queremos, en una palabra, elevar a nuestro pueblo a un nivel moral y cultural que se destaque del resto de los pueblos españoles .
Queremos terminar con el baldón que significa para nosotros y para todos cuantos se precian de tener dignidad, el bochornoso espectáculo que a diario ofrece la tristemente célebre Aduana de La Línea.
¿Que como se evita?
Terminando con la alarmante crisis de trabajo que amenaza hundir a nuestro pueblo en la más horrible miseria.
Y esto lo haremos, imponiendo nuestra voluntad, porque tenemos derecho a ello, y arrollando como inútil piltrafa a todos cuantos se opongan al ¡ogro de nuestras aspiraciones.
En una palabra; terminaremos con todo lo viejo, con todo lo absurdo, con todo lo que nos produzca afrenta ante e! resto de España.
¡Esta es nuestra misión, pueblo Linense!
Así hablamos nosotros a nuestros paisanos y simpatizantes. ¡No queremos política! ¡Abajo las fronteriías dentro de España!
Respeto mutuo exigimos para todos, sin prevendas ni lucros personales. para beneficio de cualquier dictadorzuelo.
¡Así sernos los lineases!
¡Pueblo! Esperamos contar con tu ayuda moral, para llevar a feliz término la empresa emprendida.
Y si alguien se opone, por muy elevada que sea su posición, estamos dispuestos a hacer valer nuestros derechos, pese a quien pese y cueste lo que cueste. Y lo inservible lo tiraremos por la borda como basofia inmunda que se arroja al fondo del mar.
Queremos honrar a los autores de nuestros día, por que para ello estamos pictóricos de virilidad.
La Línea 6 de Octubre de 1933
POR LA DIRECTIVA:
El Presidente acctal. Francisco Fernández.
El Secretario, Agustín Cíatelo.
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6 de octubre de 1958
En el Teatro-Cinema Trino Cruz se celebra la función:
MAESTRO GUILLEN
Presenta la Gran Compañía de ZARZUELA, OPERA, OPERETA Y SAINETE
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Luis Javier Traverso