El nombre prestigioso de Blas Pérez González queda vinculado a la historia de nuestro pueblo
La Nueva
Barriada de viviendas de la Atunara llevará su nombre
La Línea de
la Concepción le confiere los títulos de Hijo Adoptivo y Alcalde Honorario
Algo de
Historia
Debido
a su situación geográfica, La Línea ha venido padeciendo en el transcurso de
estos últimos tiempos, duros embates de oleaje de las pasiones, nacidas —lícito
es confesarlo— de un desconocimiento lamentable en cuanto concierne a su estructura o fisonomía
ciudadana. Llevadas de un puro afán sensacionalista, hubo plumas que se
solazaron en verter conceptos
muy a la ligera, demasiado violentos y escasamente
reflexivos, sobre el motivo de la existencia de La Línea como parte integrante
del mapa nacional. En la memoria de todos permanecen todavía las vejaciones traslucidas
de algunos artículos y reportajes periodísticos, dónde, sin detenerse a
estudiar y meditar sobre las circunstancias de excepción que concurrían en esta ciudad, optaban sus autores por seguir los fáciles derroteros de la crítica a
ultranza, basándose siempre en el tópico consiguiente o en la filigrana
irónica.
Es de rigor en estos casos, cuando se
intenta hablar o escribir acerca de una persona o ciudad, convivir con ella, deambular, compulsar, compenetrarse con sus
inquietudes, sus miserias, sus dolores y alegrías, a fin de poder hacer más
tarde la semblanza exacta de ella. Por el contrario, resulta poco eficaz que un
biógrafo, a muchas leguas distante del biografiado, intente hacer su obra
basándose en notas y estadísticas recogidas en enciclopedias y diccionarios en
plan de consulta. Y esta ha sido la desgracia de La Línea hasta hace pocos
años: carecer del biógrafo extraño, imparcial, que contara lo que hubiese visto
con los ojos del
entendimiento.
entendimiento.
(Hasta aquí seguimos exactamente igual, nos critican
desde muy lejos y nadie hace nada por nosotros)
Al tener conocimiento de estas tribulaciones,
como origen y consecuencia del abandono a que había sido confinada. La Línea
fue elegida por el Caudillo para hacerla objeto de su preocupación y ánimo de
justicia. Después de adoptarla como hija predilecta, procedió sin pérdida de
tiempo al estudio de sus problemas. Para ello, nos envió un preclaro Adelantado
en la personalidad del Excmo. Sr. don
Blas Pérez González a quién se le tributó un cariñoso recibimiento.
El motivo de su visita no era otro que
efectuar un minucioso estudio, sobre el terreno, de las necesidades más acuciantes de nuestro pueblo. El Ministro no se limitó en esta
visita a oír en los despachos oficiales las habituales lamentaciones y referencias de nuestras
primeras Autoridades locales, sino que quiso vivir de cerca nuestras
inquietudes por resolver los problemas más angustiosos, recorriendo, para ello,
a pie, los lugares donde aquellos se hallaban planteados. Fue una impresión
directa, de cara a la realidad de los hechos. Y tanto impresionó a este hombre
la triste situación en su aspecto general, que a partir de aquel momento, ya no
sólo fue el ejecutor de un servicio ordenado, sino que se erigió, por sí mismo,
en paladín decidido de una causa que, hasta entonces, parecía perdida,
solidarizándose e identificándose con ella hasta elevar a La Línea de la Concepción al rango que le pertenecía.
En esta visión de conjunto, leal y
sincera, se basaba el ilustre estadista para establecer primero y poner en
marcha después un Plan que bien se podía denominar “Rehabilitación”. Resultado de aquella memorable visita, que sirvió
para reflejar hasta qué punto éste hombre se llevó en su alma la impresión del momento vivido en La Línea, ha sido
la corriente bienhechora de ayuda que por su impulso inicial nos han prestado distintos
Organismos del Estado desde aquella fecha: viviendas, escuelas, iglesias, Matadero,
Mercado, Estación Sanitaria, Colegio
Salesiano, etc. etc.
Salesiano, etc. etc.
Por esto se considera inolvidable la visita a qué
se hace referencia, realizada el año 1954 y
cuya importancia ya es obvio destacar porque la dejamos reseñada y es de fácil comprobación.
cuya importancia ya es obvio destacar porque la dejamos reseñada y es de fácil comprobación.
Justicia y gratitud
Por todo ello La Línea de la Concepción
tributó en 1957 el más rendido y justo homenaje de agradecimiento al Excmo. Sr. don Blas Pérez González y su
Alcalde don Alfonso Cruz Herrera,
haciéndose portavoz y solidario del unánime deseo de los linenses e interpretando
fielmente el sentir de éstos, en trascendental Moción dirigida a la Corporación
en la sesión plenaria del día 5 de marzo de 1957, propuso y así se acuerdo por
aclamación conferir a dicho señor los títulos de HIJO ADOPTIVO y ALCALDE HONORARIO de esta ciudad, como prueba
positiva del cariño y lealtad que se profesaba por considerarse que a él debe
La Línea de la Concepción, de forma directa y personal, la iniciación del Plan
de mejoras realizado por deseo expreso del Caudillo, hoy en franco período de
ejecución gracias a la preocupación y amoroso celo desarrollado por este hombre
ejemplar, modelo de español y de Ministro, desde el día venturoso para La Línea
en que visitando personalmente nuestra ciudad y hondamente impresionado por
nuestras vicisitudes y angustias, se solidarizó de una forma muy entrañada con
nuestros problemas, no cesando, desde entonces, de amparar nuestras justas
aspiraciones de integrar, de hecho, la comunidad sagrada de la Patria.
Además de la concesión de los títulos
expresados, el Ayuntamiento acordó dar el nombre de
«Blas Pérez González» a la barriada de viviendas construida por su iniciativa a través de la Dirección General de Regiones Devastadas en la carretera de La Atunara de nuestra ciudad.
«Blas Pérez González» a la barriada de viviendas construida por su iniciativa a través de la Dirección General de Regiones Devastadas en la carretera de La Atunara de nuestra ciudad.
Colofón.
Vinculado quedó, como se advierte en el
título de este artículo, el nombre de BLAS
PEREZ GONZALEZ, a los avatares y deseos de engrandecimiento de La Línea de
la Concepción; él nos presidirá como Alcalde Honorario dirigiendo los deseos y
las esperanzas de los linenses, en cuyo corazón ardía el fuego y el impulso avasallador
de ser fieles a España y luchar siempre en holocausto a su grandeza inmortal.
Publicado en el Periódico AREA del Sábado 30 de marzo de 1957