miércoles, 27 de septiembre de 2017

Fue noticia en La Línea el ........ Lunes 05 de enero de 1959




La Marquesina de La Explanada



En 1959 se estrenó la Marquesina instalada por el Ayuntamiento en la Explanada o Plaza del Generalísimo para comodidad de cuantos utilizan los autobuses de la C. T. M. como medio de transporte para desplazarse a los alrededores de la ciudad. Fue un acierto esta construcción, ya que significaba, en un lugar tan destacado de La
Línea, de máxima importancia algo que se echaba de menos en el servicio cada vez en aumento de los mencionados vehículos.



Era necesario ese andén o marquesina. La  afamada cámara fotográfica de Pérez Ponce recogió en la Fotografía la Plaza del Generalísimo desde un ángulo bien elegido a fin de destacar la hermosura y amplitud de nuestra remozada Explanada. En ella se capta el mayor movimiento de la ciudad, promovido por la salida y entrada de autobuses y taxis que allí tienen su parada. Rodeado de magníficos edificios, con la terraza de sus Bares y Cafés, el tránsito de la Aduana y el bullicio de los días festivos, la Plaza adquiría una vistosidad que complacía al visitante y enorgullecía al residente. Sobre todo a quien hace memoria y recuerda lo que era aquel lugar apenas
unos años atrás y lo que representaba en 1959. El cambio operado en ese ancho recinto era de maravilla, viéndose en la obra realizada la mano obediente al dictamen de lo progresivo y práctico, dot
ando a la par a la ciudad de una faceta más atractiva y admirable desde todos los puntos de vista.

Todas las ciudades y pueblos presentan un rincón, una calle, una plaza que resume el ambiente alegre del conjunto urbano. Nosotros teníamos la antigua calle Real —en aquellos años; José Antonio Primo de Rivera—, la Avenida de España y esta Explanada remozada y limpia, que es como la antesala de la casa grande en que vivimos los linenses. En ella se instalaban (y aún se siguen instalando) durante los días de Feria los puestos de turrón y tómbolas, con sus luces multicolores y en otras ocasiones como en los días de Navidad y Reyes vienen a ocupar su sitio otros «cacharros» de diversión juvenil, llenando el ámbito de canciones y música cuyo eco retumbaba en las casas cercanas.

En la fotografía no se recogen otras instalaciones hechas ya en esta Plaza, las cuales vinieron  a prestarle mayor encanto poniendo de relieve el impulso creador y renovador de quien procuraba por todos los medios a su alcance engrandecer a La Línea, concediéndole no una somera importancia de ciudad de tránsito, de parada
y marcha obligatoria, sino de localidad que reunía en sí misma, calidades y cualidades para recrearse y estar seguros de que nos encontrábamos en un bello rincón andaluz, con suficiente atracción y bienestar como para no tener prisa en marcharse y desear permanecer más tiempo en él.

La Plaza tenía de sobra embrujo para dispensarle atención y admiración, porque está bañada de luz, de  lozanía y de alegre encanto y esto no solo lo afirmaban los linenses, sino que lo  confirmaban los numerosos turistas que la visitaban.


Publicado en el Diario AREA del Lunes 05 de enero de 1959


Luis Javier Traverso










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