8 de octubre de 1891
En el periódico "El Correo Militar" podemos leer el siguiente artículo sobre el Ramal del ferrocarril a La Línea.
Una prueba clara del porque no evolucionamos y seguimos igual. Una prueba más de la deuda que tiene el Estado con nuestro Pueblo..... pero les da igual.....
"LA RUINA DE ALGECIRAS
Sentencia de muerte para dicha ciudad será la construcción del ramal del ferrocarril que, partiendo de los pueblos de La Línea de Gibraltar, vaya a unirán en San Roque con la vía férrea, pronta a terminarse entre Bobadilla y Algeciras, y destinada a enlazar los puertos más notables del litoral andaluz, porque anulará para siempre a esta última población, destruyendo el brillante, merecido y legítimo porvenir que la ofrece el ser cabeza de tan importante vía de comunicación, como puesto atascado de nuestras relaciones comerciales con Marruecos. Basta fijar la atención en el Mapa, para apreciar en toda su magnitud la inconveniencia y el perjuicio que a España irrogaría el funesto Ramal, que combatimos y combatiremos con toda la energía del más acendrado patriotismo, en todos conceptos, así en el militar, como en el comercial y económico.
Al recorrer en semicírculo el litoral de la bahía de Gibraltar, llevarla todo el tráfico de consideración que en aquella región de Andalucía ha deshacerse por la línea férrea de Málaga a Bobadilila y Algeciras, a la plaza en que, para baldón nuestro, ondea la bandera inglesa, desviándole por completo de la ciudad algecireña, que no se halla ni se hallará durante mucho tiempo en condiciones de competir con Gibraltar, a causa de las deficiencias de su puerto, en que la habitual desidia española es causa de que no se hayan hecho las obras necesarias para darle inmejorables condiciones.
La circunstancia de ser inglesa la compañía Constructora del ferrocarril de Bobadilla a Algeciras contribuirá no poco a este resultado, porque es natural que se preocupe poco o nada de los intereses españoles, y si de los de su nación. Con esa apatía y falta absoluta de iniciativa para toda empresa de alguna importancia, con esa estrechez de miras de los capitalistas españoles que, con raras excepciones, tan sólo saben emplear sus capitales en préstamos al Tesoro público o a los particulares, esa línea férrea del litoral andaluz pertenece en absoluto a una sociedad inglesa, ingleses son sus empleados e inglés el material.
Es, por lo tanto, lógico que encauce, si llega a construirse el ramal de San Roque a La Línea, todo el movimiento mercantil por éste, valiéndose, al efecto, de un oportuno arreglo de tarifas que haga para los traficantes preferible llevar sus mercancías a La Línea, que no a Algeciras. Aún sin emplear ese recurso, mientras el puerto de Algeciras tenga un muelle insignificante y pequeño, y no se construyan otros capaces y suficientes que le pongan al abrigo de viento Este, que viene a ser un padrastro; en tanto que carezca de fondeaderos para buques de alto bordo, una vez construido el ramal en cuestión, el mismo comercio, sin necesidad de otro estímulo dará la preferencia a Gibraltar, pues para embarcar las mercancías, de llevarlas a Algeciras, habrá de conducirlas en barcazas a los grandes buques surtos en la bahía gibraltareña.
Y no tan sólo alcanzarán las funestas consecuencias de la construcción de ese fatalismo ramal a Algeciras, sino que también a otras ciudades andaluzas a Málaga, por una razón análoga a la primera, aducida al hablar de los perjuicios que resultarían para Algeciras, y es la de que los ingleses, dueños como empresa de la línea del litoral andaluz, desviarían el tráfico que, de otra manera, habla de ir al puerto malagueño, por una bien entendida combinación de tarifas, hacia l bahía de Gibraltar; á Cádiz, porque Gibraltar haría concurrencia, pues los vinos de Jerez se exportarían por la bahía gibraltareña y no por el puerto gaditano; y, por último, también a la de Sevilla se irrogarían perjuicios por motivos análogos a los expuestos respecto a Algeciras, aunque no tan trascendentales como los que se causarían a ésta. Prueba evidente de esta verdad son las protestas de todas estas ciudades contra ese ramal desdichado. La alarma y el temor en todos los puertos andaluces es tan grande como fundada, pero muy principalmente en Algeciras, por ser para ella cuestión de vida ó muerte.
La construcción de ese ramal la arruinaría en beneficio de Gibraltar, cuyo comercio, hoy en notable decadencia, cobraría nueva vida a costa de la de Algeciras y con perjuicio patente, más o menos grande, según su proximidad mayor o menor, de otros puertos andaluces. La importancia comercial que alcanzaría Gibraltar sería mayor de la que nunca pudieran imaginarse sus detentadores, y con la comercial, que produciría para Inglaterra, como ya hemos dicho antes de ahora, la ventaja de que la posesión de la plaza le fuera productiva en vez de serle costosa, traería consigo su mayor importancia militar, a cuyo crecimiento contribuiría la circunstancia de que el ramal a San Roque permitiría a los ingleses llevar tropas que se hicieran de dueñas en poco tiempo, y sin gran riesgo, de la línea de Algeciras Bobadilla, por donde se penetra fácilmente al interior de España, en suficiente número para
oponerse con ventaja a tropas españolas que operasen en la zona comprendida entre Málaga y Cádiz.
Las facilidades que al contrabando, cada día más importante, que se hace por Gibraltar, ofrecería el ramal, y que forzosamente había de crecer tanto más cuanto mayores fueran el tráfico y la importancia comercial de esta plaza, se traducirían en disminución considerable de los ingresos de Aduanas, con perjuicio muy grande de la Hacienda.
Resumiendo; resultan un peligro militar de consideración para la defensa e integridad del territorio nacional; la conversión de la línea férrea del litoral, que está llamada a ser un venero de riqueza para Andalucía, en una calamidad para España; un fomento grandísimo del contrabando; una inminente amenaza de mengua comercial para los más importantes puertos andaluces y la ruina de Algeciras. Porque es indudable el dilema planteado con el proyecto de ley de construcción del ramal de La Línea a San Roque; es el siguiente: ¿O Gibraltar o Algeciras?
En tales términos planteada la cuestión, fácilmente se adivina que solamente por sugestión del Gobierno inglés puede haberse hecho la petición de que se construya tan funesto ramal. Lo que no se explica es que semejante proyecto tenga probabilidades de prosperar en España.
Aprobarle sería realmente caer en el engaño más rudimentario y patente. Y para que no se trate de exagerada nuestra afirmación, vamos a examinar los fundamentos en que se apoyaba el proyecto de ley presentado a las Cortes para apreciar sn solidez. Eran los siguientes: «La gran importancia de la densidad de población y desarrollo del comercio y de la industria, que en poco tiempo han adquirido los pueblos de La Línea de Gibraltar». Por desgracia y vergüenza nuestra, esos pueblos no son verdaderamente otra cosa que arrabales de Gibraltar, y por consiguiente, ese crecimiento suyo no es más que una hijuela del obtenido per la plaza geográficamente española, políticamente inglesa, a costa de Algeciras y otros puertos españoles.
«La seguridad de que habría de crecer en progresión geométrica, si tuvieran una comunicación que las enlazasen con el resto de la Península y con las costas de sus provincias.» Es indudable; pero ese crecimiento e importancia de los arrabales de Gibraltar, resultarían elevados a la quinta potencia en favor de la plaza, y dedúzcase lo que España ganaría con esto, y más cuando ese crecimiento e importancia la obtendría arrebatándoselos a los puertos andaluces.
«No se gravan, antes se benefician la Hacienda y el bienestar público.» El no gravarse lo decía el diputado amparador del proyecto, sin duda porque la construcción del ramal se ha de hacer sin subvención. ¿Y para qué lo necesita la compañía constructora, si es más que probable, seguro, que la obtendría o la ha obtenido ya de Inglaterra? En cuanto al bienestar público que se consiga con abrir el corazón de Andalucía a una invasión militar inglesa por medio de ese ramal, nos parece absurdo, y el bienestar público de Algeciras, Cádiz, Sevilla y Málaga, gracias al ramal, nos parece cosa de risa.
Y pedía el proyecto que se considerase de utilidad pública. Sería muy justo, pues favorecería y sería útil a los cincuenta mil habitantes de los pueblo de La Línea, que representan mucho, mucho más que los de todas las ciudades citadas de esa región andaluza. Además favorecería el contrabando, con cuyo aumento, figúrense nuestros lectores lo que saldría ganando la Hacienda española y el comercio de buena fe.
Confiamos en que ese desdichadísimo proyecto de ley no llegará a ser ley, porque sería un irremediable y grave mal para España, y especialmente para Algeciras.
Ecos del día
El desdichado proyecto de ley aprobado en el Congreso de los Diputados sobre la concesión de un ramal ferroviario, que partiendo de San Roque termine en Gibraltar, va dando sus naturales frutos. Recordarán nuestros lectores que hace unos días nos ocupamos de tan antipatriótico proyecto, considerándolo bajo el punto do vista nacional y del derecho escrito; hoy lo consideramos bajo su aspecto comercial.
Sólo apreciando que el dicho proyecto de Ley pasó por sorpresa como pasan tantos otros, podemos admitir que los diputados dieran su voto á un proyecto tan contrario á los intereses de España, á la reivindicación del territorio y á la única cláusula favorable que contiene el tratado de Utrecht en su artículo de cesión de la plaza de Gibraltar.
Recuérdese la política cartaginesa de los ingleses, téngase presente que entran vendiendo y adquiriendo terrenos, para salir mandando; que los capitales de las proyectadas líneas son ingleses; que no se quiere subvención para la construcción del ramal solicitado; el contrabando que tan considerablemente merma los recargos de la Hacienda; los despojos de que incesantemente estamos siendo víctimas; la injusta adjudicación que se ha hecho de las aguas jurisdiccionales, lo que representan los intereses nacionales, cuando se suscitan las cuestiones internacionales y el mandato del tratado citado que ordena: no se abra ninguna vía regular entre la plaza inglesa y España.
Tan desatinada como antipatriótica petición tenemos la evidencia que será desechada por el Senado, de cuya discusión se halla pendiente.
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8 de octubre de 1903
El periódico "La Correspondencia de España" número 16680 publica una nueva noticia sobre la carretera de La Línea a Gibraltar:
La Carretera de La Línea
El Heraldo de anoche consigna el éxito que ha alcanzado en la cuestión referente al arreglo de la carretera de La Línea de la Concepción a Gibraltar, logrando que el ministro de Obras públicas haya ordenado la salida del ingeniero inspector general de Caminos a fin de que sobre ei terreno proponga por telégrafo los medios para que la carretera quede arreglada.
Pero es el caso que los compañeros del Heraldo no habrán leído en estos últimos días La Correspondencia de España; porque no creemos que de haberlo hecho, dijesen lo que dicen.
La Correspondencia de España hace varios días publicó un suelto ocupándose del asunto, y cuarenta y ocho horas después un artículo que tenía por base entrevistas celebradas y en el que nos hacíamos eco de opiniones del Sr. Silvela, del cónsul español en Gibraltar y del criterio que en tal cuestión habían observado y mantenían por hoy los ingenieros militares.
Tanto el suelto como el artículo se publicaron con anterioridad al del Heraldo, y ayer mismo merecimos del ministro de Agricultura la atención de que nos comunicara su acuerdo.
Queden, pues, las cosas en su lugar y désele a cada cual lo suyo.
Por cierto, y ya que del asunto nos ocupamos, y ya también que hablamos de justicia distributiva, por cierto en este asunto de la carretera de La Línea hay que dar tantos plácemes al Sr. Gasset por su plausible actividad, como censuras por su inexplicable silencio al ministro de la Guerra
Esperamos, pues, que lo que el Sr. Gasset, con el aplauso de los españoles de La Línea se propone, no quede por injerencias tenaces en el olvido de un expediente más.
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8 de octubre de 1927
El Alcalde de La Línea don Andrés Viñas García comunica al Presidente de la Junta de la Bolsa de Gibraltar su toma de posesión:
"En el día de hoy me he posesionado de la Alcaldía Presidencial del Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad he sido designado por la Excma. Corporación en sesión extraordinaria de su pleno celebrado en el día de ayer.
Y al honrarme participándole a Vs. cumplo el grato deber de ofrecerle mi más decidida cooperación para cuanto se relacione con la mejora de los intereses locales y de los servicios públicos, a la vez que el testimonio de mi consideración personal más distinguida.
Dios Guarde a V.s muchos años."
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8 de octubre de 1929
El B.O.E. número 281 en las páginas 161, 162 se publica la habilitación del Espigón de San Felipe para el Cabotaje de materiales de construcción:
"Ilmo. Sr.: Vista una instancia de fecha 30 de Junio último, suscrita por don Andrés Viñas García, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de La Línea de la Concepción (Cádiz), solicitando la habilitación del espigón de San Felipe para el desembarque en régimen de cabotaje de materiales de construcción de todas clases, y otra de fecha 26 de Agosto, del mismo solicitante limitando la petición al desembarque en cabotaje de tubería de hierro fundido, tubería de gres, cemento, adoquines y tabladillos para aceras, material asfáltico y piedra triturada para pavimentación y ladrillos, mientras duren las obras municipales a que son destinados dichos matorrales:
Resultando que practicada la información exigida por el artículo 3.1 de las Ordenanzas de Aduanas, son favorables a la petición todos los informes de las Autoridades provinciales, si bien la Comandancia de Carabineros expone la conveniencia de que las operaciones de desembarque se efectúen por el sitio denominado “La Calle” por existir en el servicio permanente de vigilancia, y la Administración principal de Aduanas de provincia y esa Delegación de Hacienda aconsejan que los desembarques se hagan por Puente Mayorga, nombrandóse al efecto un funcionario del Cuerpo pericial de Aduanas con residencia fija en este punto:
Visto el artículo 3.º de las Ordenanzas de Aduanas.
Considerando que las razones expuestas por la Administración de Aduanas y la Delegación de su digno cargo son de tener en cuenta para una posible futura reforma del apéndice 1º de las Ordenanzas de la Renta de Aduanas, y siempre que se trate de habilitaciones permanentes, que no es el caso actual, porque únicamente se solicita una habilitación transitoria, limitada a ciertas mercancías y a cierto plazo; y,
ConsIderando que la concesión solicitada se funda en razones de interés y conveniencia general,
S. M. el Rey (q. D. g.) ha tenido a bien habilitar el espigón de San Felipe (La Línea) para la descarga en régimen de cabotaje de los materiales de construcción arriba relacionados en tanto duren las obras municipales a que son destinados, debiendo efectuarse las operaciones por el punto de “La Calle”.
Lo que de Real orden, en virtud de la delegación especial que tengo conferida por Real orden de 2 de Mayo de 1928, digo a V. I. para su conocimiento y efectos.
Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid.
5 de Octubre de 1929.
El Director general de Aduanas
VERDEGUER
Señor Delegado de Hacienda de Cádiz
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8 de octubre de 1958
En el Teatro-Cinema Trino Cruz se celebra la función:
MAESTRO GUILLEN
Presenta la Gran Compañía de ZARZUELA, OPERA, OPERETA Y SAINETE
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8 de octubre de 1938
Se publica el periódico Linense "El Defensor"
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8 de octubre de 1979
La Línea entera se echó a la calle para en demandas de acciones por parte del Gobierno. Puede leer la crónica en Diario de La Línea. com
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8 de octubre de 1979
Se publica el periódico "Maestranza":
Luis Javier Traverso